Cyanogen Inc. es el típico ejemplo de una startup con ambiciones desmedidas y un liderazgo absolutamente arrogante. Hoy nos llegan noticias poco sorprendentes: de acuerdo con un reporte del portal Android Police (con información filtrada por 'fuentes anónimas dentro de la empresa'), Cyanogen Inc., la compañía dirigida por Steve Kondik, un individuo altanero, engreído y desagradable quien al momento de su concepción asegurara estar dispuesto a robarle Android a Google de las manos, está dejando de existir.

Tal y como indican las fuentes de Android Police, Cyanogen Inc. no sólo estaría cerrando sus oficinas en Seattle y despidiendo a más de sus empleados, sino que su propio líder y co-fundador estaría a punto de ser puesto de patitas en la calle. Sí, al parecer Steve Kondik habría sido removido del directorio de la compañía. Parece casi un acto involuntario de justicia que sea Kondik el último en ponerse a la cola de los despedidos de su propia empresa cuando fue precisamente él quien la hundió tomando pésimas e indecorosas decisiones.

La traición a OnePlus

Porque pensándolo con frialdad, ¿quien haría negocios con una empresa que después va a traicionarte con la misma desfachatez con la que Steve Kondik decidió apuñalar por la espalda a OnePlus? Y una de las principales razones por la cual el público recibió tan bien al OnePlus One era precisamente por Cyanogen. La historia de la ruptura entre ambas compañías es igual de sórdida la sensatez de Kirk McMaster, CEO de la compañía cuando aseguró que «pondrían una bala en la cabeza de Google»:

Resulta que OnePlus había firmado un acuerdo mundial (no aplicable en China) para usar los logotipos e instalar software de Cyanogen en sus teléfonos (entonces el OnePlus One), este acuerdo les aseguraba que Cyanogen no trabajaría ni haría tratos con otros fabricantes durante cierto periodo de tiempo. Pero resulta que, repentinamente, Cyanogen fue y firmó un acuerdo exclusivo con Micromax, y le dijeron a OnePlus que daban por terminado su contrato.

Y sí, todo rodó cuesta abajo a partir de aquí, porque repito: con un precedente tan infame como ese, ninguna empresa en su sano juicio hubiera estado dispuesta a hacer negocios con ellos. Es perfectamente claro ahora que el tiro les salió por la culata, porque poco tiempo después Micromax dejaba casi de lado Cyanogen para producir teléfonos bajo el programa Android One de Google, y ahora se encuentran en la ruina casi absoluta, mientras que OnePlus lo está pasando de lo lindo. Claro está también que hacer tratos con Microsoft nunca lleva a nada bueno. Y lo peor para Cyanogen Inc. todavía está por ocurrir...

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César Barrantes

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Rolo Nieves

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